El diálogo se repitió una y otra vez. Hasta donde yo sé, primero con mi Papá, después con mi tíos por línea materna y, finalmente, por el lado de las amistades. Que no, que no, que no... No voy a hacer nada, se la pasó diciendo mi Mamá cada vez que le preguntaban por su cumpleaños.
¿Razones? Varias.
¿Razones? Varias.
- Adaptación a mí por parte de toda la familia y eso todavía está en veremos, porque esto lleva su tiempo.
- Económicas: parece que no hay un mango partido al medio y, aunque el encuentro sea informal, siempre se termina gastando de más.
- Físico-anímicas: que también puede traducirse como fiaca.
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