domingo, 29 de junio de 2008

Piyama de sapitos



Mi Papá asevera que mi hermano Manu y yo no nos parecemos en nada. Ni en lo físico ni en las costumbres y menos que menos en materia de personalidades.
Hace poco que nos conocemos y la verdad es que no puedo asegurar si tenemos muchas cosas en común. Pero, si algo me queda claro es que por un tiempo indeterminado vamos a compartir 4 cosas:
  1. Habitación
  2. Jardín-Escuela-Colegio-Club
  3. Padres-Perro-Familia
  4. Ropa

Aquí dos fotos, una de Manuel -a poco de cumplir 5 meses, el 09/10/05- y otra de quien esto dicta, en la fecha que figura arriba, en gris; es decir, a punto de cumplir dos meses.
Manuchito tenía dos talles de piyamas con sapitos, porque a mi Papi le enternecía verlo particularmente con esa ropa de cama. Si por él hubiera sido, todos los piyamas habrían terminado siendo con sapitos.

lunes, 23 de junio de 2008

Listo para partir


Como un piloto revisa su instrumental, más o menos hago lo mismo; aunque menos que más, obvio. En invierno, se me ocurre que cada salida es una historia; sobre todo, si se compara con verano, que con un pañal alcanza y sobra.
Hasta ahora las salidas se dividen básicamente en dos destinos:
  1. Pediatra
  2. Trabajo

Mi comportamiento en el auto sólo depende de si estoy dormido o no. En el primer caso, todo bien; pero, si se da el segundo... Digamos que tengo pulmones fuertes.
Entre lo que se ve en la foto y lo que no, sin contar con lo que Mamá carga en el bolso, podemos citar como implementos irrenunciables...
  • Pañal
  • Ropa
  • Medias
  • Gorro
  • Campera con capucha
  • Manta
  • Chupete
  • Colgador de chupete
  • Chiche para entretenerme en el auto

domingo, 15 de junio de 2008

¡Feliz día, Papi! [2008]


Repuestos ya del susto -exagerado por el mocoso de mi hermano Manu-, de mi internación en el sanatorio por apenas 48 horas a causa de un proceso viral de morondanga, pasamos un muy lindo Día del Padre con un integrante más en la familia: yo.
Empecé la jornada bien temprano, despertando a Mamá y a Manuel, aunque no sé si el orden es el correcto. Mami me cambió el pañal, vistió a Manuchito y nos explicó cómo sería la cosa.
Bien simple:
  1. Despertar a Papá.
  2. Darle sendos besotes.
  3. Ofrecerle nuestros regalos (¡mucha ropa linda para combatir el friíto invernal!).
  4. Y decirle...
¡Feliz Día del Padre!

Tanto preparativo hizo que las cosas salieron bastante bien, aunque hubo que repetir escenas, porque a la cámara no sé qué le pasaba. Le dimos una cartota súper emotiva y terminamos cantando, todos juntos...

Feliz, feliz en tu día...

miércoles, 11 de junio de 2008

¡Feliz cumplemés! 1


Año 1. Mes 1.
Mes movidito, si los habrá, con algunas novedades de gran relevancia. A ver...
  • Para empezar, nací; en una noche complicada para mis Papis y, en especial, para mi Mamá, que no recibió la peridural, por lo que... Bueno, imagínense la situación.
  • Conocí a mi hermano, a mi perro, a mis abuelos, a mis tíos, a mis primos, a mis amigos y mi casota.
  • Al día siguiente de mi alta y para no ser menos que Manu, me internaron 48 horas para recibir un tratamiento contra mis elevados índices de bilirrubina.
  • El resto del mes puede decirse que fue relativamente tranqui: a la noche, mal que mal algo dejo dormir a mi Mami, al despertarme cada 2 horas y media. Molesto, pero predecible, alega ella en mi favor. Insoportable, sostiene mi Papá sobre -al parecer- mi irascible carácter.
  • El mes terminó, como no podía ser de otra manera en esta familia, con otra internación por 48 horas; en esta ocasión, por una elevada fiebre de origen viral.

martes, 10 de junio de 2008

Chau a la Trinidad 3


Año 1. Día 31.
En realidad, me estoy apurando un poco, porque todo depende del resultado final de la dolorosa punción que me hicieron ayer. Y eso lo sabremos recién mañana, aunque a primera hora. Si todo sale bien, me dan el alta. Hasta ahora son todas buenas noticias, pues los demás parámetros andan de maravillas. La temperatura no volvió a subir, hago bien pis y caca, duermo bien, como bien y lloro como los dioses.
Cruzando los dedos para que mañana pueda festejar mi primer mes de vida en casota, junto a Mamá -que no se separó de mí ni un segundo-, Papá, Manu y Psycho, aprovecho para agradecer a mi abuela Katty, a las tías Ivana y Mariela, y en especial a mi pediatra, el Dr. Marcelo de Caro, por todo el apoyo que nos brindaron.

lunes, 9 de junio de 2008

Hola a la Trinidad 2


09/06/08
Año 1. Día 30.
  • A veces no hay nada para decir.
  • A veces, mejor no decir nada.
  • A veces hay que decir lo que uno cree.
  • A veces, lo único que se puede decir es que...
No lo puedo creer

Para ser francos, me acuerdo poco o nada de lo que aquí se relata. O sea que siendo yo el foco del problema, el problema se lo hacían los demás. Para el caso, tampoco importa, ¿no?
Todo se dio bastante rápido. A ver...
  1. Día con mucho noni y poca teta. Noche con mucho más noni y menos teta aún. Y algunos quejidos leves y extraños.
  2. Papis que se van a dormir bastante inconscientes de lo que sucede.
  3. Papá que se va a su sesión de psicoanálisis, Mamá que se queda con la cabeza trabajando y pensamientos que no cierran.
  4. Termómetro, temperatura, llamado al pediatra, partida a la guardia.
  5. Mami y Papi se encuentran en la guardia del Sanatorio de Trinidad. No saben qué sucede y se ponen nerviosos. Tienen miedo. No hay otros síntomas -salvo la piel reticulada- y eso los desorienta más.
  6. Luego de una larga espera, el pediatra de guardia me atiende, suministra un antipirético y consulta a mi médico personal. Demasiada temperatura para un bebé que no llega al mes. Todos recomiendan una internación en observación en el pabellón de Pediatría del 2º piso.
No lo puedo creer
Espera en un box de Terapia Breve, así lo llaman. Y allí, maniobras para colocarme una vía, maniobras para tomar muestras de mi orina, pinchazos en falso en pos de una maldita vena, mi cuerpo que irradia calor y en el lugar hace frío.
Y yo desnudo. Muy poco sexy, oh, sí, Señor.
Esperamos todos. A veces, me adormezco, sueño con vaya a saber qué cosas que ni siquiera aprendí a nombrar. Otras veces, me despierto y escucho lo que sucede. A lo lejos, la atención en recepción de la guardia, gente que tose, algún nene que llora. Aquí nomás, a mi lado... tengo varios papás.
Un Papá que se siente de hielo, insensible, despreocupado, trazando mil hipótesis que relativizan o subestiman los motivos de la internación.
Ese es mi Papi; sí, Señor, un cubito recién sacado del freezer.
Un Papá que se siente de flan, aterrado, con miedo a todo; a lo que me pueda pasar, a lo que él no sepa hacer o no haga a tiempo. Con pánico a la sola idea de que me pase algo y él, por haber estado atendiendo a mi hermano Manu en demasía, no me haya llegado a conocer.
Ese es mi Papi; sí, Señor, un budín recién sacado del horno.
Mi Mamá se deja tranquilizar por Papá 1 y, segundos después, sin solución de continuidad, consuela a Papá 2.
Los minutos pasan. Vamos a Radiología y me toman una placa.
Más minutos.
Me vuelven a tomar la temperatura. El antipirético funcionó.
Minutos por aquí y por allá.
Administración dice que no hay camas disponibles; mi pediatra promete conseguir una; Pediatría dice que , pero que No; Administración ahora dice que , pero que espera el OK de Pediatría; mi pediatra dice que ya está; Pediatría dice que en cualquier momento...
Y yo sigo ahí, esperando, sin saber lo que pasa.
Lo único cierto es que recién varias horas después llegué a una cama de verdad. Mamá se quedó conmigo todo el tiempo. Papá fue al Jardín a buscar a Manuel, que se puso pálido ante la noticia: un poco porque le dio miedo y otro poco porque no le gusta despegarse ni un segundo de mi Mami.
Y aquí estamos.
El mundo sigue andando.

lunes, 2 de junio de 2008

Mi abuela Katty 2


Año 1. Día 23.
También anduvo de visita fue mi abuela Katty, ahora un poco más tranquila y relajada después de la noche que tuvo que avocarse al cuidado de mi hermano Manu cuando se me ocurrió nacer.

Un montón de amiguitos

compartir piso