jueves, 7 de agosto de 2008

Abdominales, 2 x 10


Mi Mamá y mi hermano Manu me han dado un regalo que no sé cómo considerarlo. Sí, porque mientras Manuel se compraba un muñeco de Batman y ¡otro! barco pirata, para mí optaron por un... ¿gym?
Debo admitir que es muy bonito, todo en la gama del celeste, con chiches que cuelgan y hacen ruiditos y una pelota inflable que es transparente. Pero ¿con qué intención decidieron regalarme algo así?
Lo primero que me viene a la cabeza es -ya sé- medio paranoico: ¿estoy gordo? y creen que tengo que hacer gimnasia. Después me digo que no, que soy de huesos grandes y vengo de una familia de grandotes, pero que no estoy excedido de peso. Lo segundo que viene a la cabeza -cosa que me avergüenza- es un tanto... hipocondríaco: ¿tengo un problema físico? Pienso en Manuchito, que como nació prematuro tuvieron que llevarlo a una kinesióloga para hacer estimulación temprana y todo eso. Luego me digo no, otra vez, y me calmo. Me relajo. Me dejo llevar. Miro esos juguetes que cuelgan y le ordeno a mi cabeza que les diga a mis manos que los agarren. No hay respuesta, pero el intento de por sí es divertido.
Sí.
Ellos dicen que compraron el gym para entretenerme, para jugar... Mm... Puede ser.

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Un montón de amiguitos

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