lunes, 25 de febrero de 2008

Papeleo 2


A veces todo va bien y, a veces, las cosas se complican, como esta noche, que mi Mamá se empezó a sentir mal de la panzota. Y todos se asustaron, porque -como sabrán- mi hermano nació antes de tiempo y nadie quiere que eso ocurra conmigo.
Como los dolores y la dureza de la panza crecían, mis Papis llamaron a la abuela Katty para que venga a cuidar a Manu mientras ellos partían raudamente hacia el Sanatorio de la Trinidad a bordo de un taxi conducido por un chofer, digamos, sacado. Mi Papá cree que mi abu le debe haber dicho al buen hombre que mi Mami estaba por parir, porque no se explica la velocidad inusitada que le imprimió al vehículo ese tipo.
En la guardia, el obstetra ordenó un análisis de orina para mi Mamá, en tanto la revisaba. No encontró nada; ni dilatación ni nada. Por suerte, había sido una falsa alarma. Pero, aunque falsa, la alarma siempre es una alarma. Habrá que estar atentos.
Yo, por ahora, prefiero quedarme aquí adentro calentito y cómodo.

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Un montón de amiguitos

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