viernes, 28 de septiembre de 2007

La prueba del delito


Mamá siempre quiso tener un segundo hijo, incluso antes de tener al primero. Papá, que casi siempre se siente sobrepasado por las circunstancias, más que renuente se negaba de plano a considerar la sola posibilidad de tenerme en cuenta. Hasta que fue a anotar a mi futuro hermano, Manu, al jardín de infantes. En ese preciso momento, cuando salía de iniciar los trámites, sintió que su hasta ese entonces único bebé ya no sería tal y que comenzaba a perderlo en manos de la sociedad, amigos, parejas, etc. Bah, la vida.
Un invierno inusitadamente frío, con una insólita nevada de por medio, crearon las condiciones para darme forma. Y el amor que se tienen mis Papis encendieron la chispa.
Pero, por ahora, y sólo por ahora, soy nada más que un óvulo de mi Mami fecundado por un espermatozoide de mi Papi.
El Evatest así lo confirmó. De fondo, dos personas que se aman mucho más que el primer día y que en aquel momento no se atrevían a soñar con lo inmensamente felices que iban a ser.

1 comentario:

Marcelota dijo...

...no hay mas palabras...solo lágrimas de amor y alegría por lo que siento por tu papi...

Un montón de amiguitos

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