jueves, 13 de diciembre de 2007

Mes 4


Ahora sí que la panzota es una realidad, como también las ganas de comer de Mamá, el asco y las náuseas por la leche, la intolerancia por el humo del cigarrillo (algo olímpicamente subestimado por todos) y los vómitos. Pero, por lo menos, no le doy sueño ni la placenta generó problemas, como sucedió con Manu.
Ya fuimos al obstetra, que es el mismo del otro embarazo: el doctor Guillermo Di Nucci. Atiende en su consultorio de Barrio Norte y parece que esta vez va a estar más atento, con la idea de tener todo bien atadito, cosa de que no haya sorpresas ni partos prematuros.

martes, 20 de noviembre de 2007

Ecografías 1



Estas son las primeras ecografías que hicieron de la panzota de Mamá. Como verán -en realidad, como no verán-, no hay mucho; más allá de que nunca falta quien ya a esta altura busque parecidos o jure y perjure que ya se puede determinar mi sexo.
Lo cierto es que no se ve nada, mi género será una intriga por varios meses y de parecidos... Bueno, de parecidos ya comprobarán que hay algunas teorías.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Mes 3


Mi Mamá en Temaikèn, donde fue a pasear con quien será mi Papá y sus amigos Ivana y Marcelo. Aunque no se ve mucho, todavía de panzota ni hablar. Sin embargo, a diferencia de cuando estuvo embarazada de Manu, tuvo muchos mareos, náuseas y algún que otro vómito. Lo peor era la leche, y el pollo le daba cosa.
A esa altura, mi gestación ya era un acontecimiento de dominio público y las preguntas giraban, como suele suceder en estos casos, acerca de si preferían un nene o una nena. A Marcelota francamente le daba lo mismo y Willy, que en su oportunidad soñaba con una bebé, después de su experiencia como padre de Manuchito, ahora quiere de nuevo un varón.

domingo, 21 de octubre de 2007

Mes 2


Una foto de quien será mi Mamá, el Día de la Madre, recibiendo un regalo de Manu. Todavía la panzota ni se ve, aunque las celebraciones de la jornada tuvieron un toque diferente de años anteriores.
Para esas semanas, las emociones de quienes me han engendrado eran sumamente variables; volátiles, diría. Sobre una base de inmensa alegría, convivían una suma de temores (a lo nuevo, a los cambios, a la alteración de las rutinas familiares, al efecto que mi llegada producirá en Manu, a la multiplicación de responsabilidades y tareas) y fiaca.
Tal vez no haga falta aclarar que la mayoría de esas emociones eran propiedad del hombre de la casota, quien ya no se mostraba tan canchero o superado con las novedades.

martes, 2 de octubre de 2007

Papeleo 1


Todo muy lindo con el Evatest, pero la medicina recomienda hacer estudios. Éste es uno de ellos. No digo que lo disfruten, pero hasta tanto nazca no tengo gran variedad de cosas para compartir con Uds.

viernes, 28 de septiembre de 2007

La prueba del delito


Mamá siempre quiso tener un segundo hijo, incluso antes de tener al primero. Papá, que casi siempre se siente sobrepasado por las circunstancias, más que renuente se negaba de plano a considerar la sola posibilidad de tenerme en cuenta. Hasta que fue a anotar a mi futuro hermano, Manu, al jardín de infantes. En ese preciso momento, cuando salía de iniciar los trámites, sintió que su hasta ese entonces único bebé ya no sería tal y que comenzaba a perderlo en manos de la sociedad, amigos, parejas, etc. Bah, la vida.
Un invierno inusitadamente frío, con una insólita nevada de por medio, crearon las condiciones para darme forma. Y el amor que se tienen mis Papis encendieron la chispa.
Pero, por ahora, y sólo por ahora, soy nada más que un óvulo de mi Mami fecundado por un espermatozoide de mi Papi.
El Evatest así lo confirmó. De fondo, dos personas que se aman mucho más que el primer día y que en aquel momento no se atrevían a soñar con lo inmensamente felices que iban a ser.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Mes 1


Mamá en Club de Amigos, del que se hizo socia.
Más allá de que la campera y el jogging no destacan su figura, había logrado recuperar el peso que tenía antes de quedar embarazada de Manu. También, con esfuerzo, natación y pilates, la tonicidad de sus músculos volvió a ser una realidad.
¿Volver a estudiar saxo? Sólo una utopía postergada por el trabajo cotidiano de llevar adelante una empresa, un hogar, un esposo y un hijo.
De panzota, todavía poco y nada, naturalmente; salvo la que podía producir algún choripán ocasional.
Y yo, esperando sin conciencia; apenas una idea abstracta, deseada, temida y aún muy, muy lejana.

Un montón de amiguitos

compartir piso