Año 1. Día 9.
Así están las cosas. Mi hermano Manu se la pasa mirando sus pelis, comiendo, jugando y lloriqueando como caprichoso, y se las ingenia para que casi todas esas actividades involucren a Papá. Mientras todo eso queda circunscrito a la cocina, tal vez hasta lo tolero... un poco. Aún no me acostumbro a las ausencias de mi Papi, pero al menos mi Mamá me hace compañía. Nunca la suficiente para mi gusto. Ahora, si Manuel además comienza a creer que esta es su casota, donde él hace y deshace, no sé cómo responderé.
Por ahora y como se aprecia en el video, lo vengo sobrellevando con la altura, la elegancia y la discreción que me caracterizan. Pero que nadie se ilusione: no ofrezco garantías de que esta situación pueda prolongarse demasiado en el tiempo.
Al margen de todas estas consideraciones, la verdad que cambiar un poco de aires -y no estar encerrado en la habitación- viene bien. Me gusta verlo a Manuchito, observar sus gestos y sus maneras de actuar.
Así están las cosas. Mi hermano Manu se la pasa mirando sus pelis, comiendo, jugando y lloriqueando como caprichoso, y se las ingenia para que casi todas esas actividades involucren a Papá. Mientras todo eso queda circunscrito a la cocina, tal vez hasta lo tolero... un poco. Aún no me acostumbro a las ausencias de mi Papi, pero al menos mi Mamá me hace compañía. Nunca la suficiente para mi gusto. Ahora, si Manuel además comienza a creer que esta es su casota, donde él hace y deshace, no sé cómo responderé.
Por ahora y como se aprecia en el video, lo vengo sobrellevando con la altura, la elegancia y la discreción que me caracterizan. Pero que nadie se ilusione: no ofrezco garantías de que esta situación pueda prolongarse demasiado en el tiempo.
Al margen de todas estas consideraciones, la verdad que cambiar un poco de aires -y no estar encerrado en la habitación- viene bien. Me gusta verlo a Manuchito, observar sus gestos y sus maneras de actuar.
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